viernes, 11 de julio de 2014

La Miel y el Yo superior.


  
Un toque de miel en la historia
Griegos, Romanos y Egipcios emplearon la miel con fines medicinales comestibles y cosméticos.

La apicultura, arte de criar abejas para utilizar sus productos, data de la prehistoria cuando los hombres se limitaban a cazar los panales de abejas. Los historiadores afirman que esta técnica existe desde principios de la edad de bronce, cuando una población africana, cuyos integrantes se llamaban los tartesios, se inicio en esta labor.

Estos conocimientos se difundieron gracias a los fenicios, quienes comerciaban con ellos y dieron a conocer dicha técnica en lugares como Babilonia y Egipto. En este país, se llegó a emplear la miel para conservar las momias, y como ofrendas religiosas.

Los griegos y romanos no solo la comían, sino que además la mezclaban con agua y la dejaban fermentar para elaborar bebidas alcohólicas como el ‘Néctar de los dioses’. Los filósofos Pitágoras y Demócrito la ingerían en grandes cantidades, y aseguraban que era la fuente de su longevidad e inteligencia.
Por su parte, para los Mayas la miel era ingrediente fundamental en la fabricación del Balche, bebida utilizada en rituales religiosos.

El norte de Europa se vio envuelto en la práctica de la apicultura en el momento en el que hubo la expansión del imperio romano. En su momento constituyó emblema de la nobleza: el papa Urbano VIII las incluyó como símbolo en su escudo, y Napoleón Bonaparte mandó a incluir abejas en su manto imperial cuando se proclamó emperador en 1804. 
  
La Miel es un alimento completo: tiene acción antioxidante, que combate la acción de los radicales libres responsables de muchas enfermedades, incluido el cáncer, combatir la acción de bacterias y hongos, la prevención de la infección y acelerar la curación, la resistencia aumenta garantizar la integridad física y la energía corporal, mejora el funcionamiento de los intestinos y alivia los problemas respiratorios en general. Todos estos beneficios están relacionados con las vitaminas, minerales y aminoácidos presentes en la miel.
 
Entre los principales:

Calcio: ayuda en la formación y mantenimiento de huesos y dientes y ayuda en la coagulación de la sangre.

Hierro: el hierro previene la anemia y la lucha.

Fósforo: mejora la memoria y reduce la fatiga.

Potasio aumenta la elasticidad de las arterias y el control de la presión arterial.

Sodio regula la cantidad de líquido en el cuerpo y participa en la conducción de los impulsos nerviosos.

Vitamina B1 mejora la distribución física.

La vitamina C aumenta la inmunidad, favorece la cicatrización de heridas y ayuda a la absorción de hierro.

Debemos ser conscientes de algunas cualidades de la miel. Es importante señalar que la miel pura se cristaliza, puede variar el momento en que esto ocurre. Pero no hay ninguna normalización de la miel, que es diferente en color, sabor, viscosidad, todos en función de su origen floral. Otro dato importante es no confundir a la glucosa de maíz (karo tipo) con el néctar de las abejas. A pesar de consistencia similar
 alimentos son muy diferentes. La "los efectos terapéuticos de la miel son determinados por las plantas visitadas por las abejas. Por lo tanto, hay muchas variedades de miel, en función de su origen.
 
El gran poder antibacteriano de la miel, el antibiótico del propóleoo el aporte vitamínico y proteico del polen son algunos ejemplos delas innumerables propiedades de los productos de las abejas.

Quien se acerca al mundo de las abejas no puede dejar de sentir admiración por estos laboriosos insectos, capaces de recorrer incontables kilómetros y visitar miles de ñores. Hay muchos aspectos fascinantes sobre la compleja vida de la colmena y su extraordinario sentido de la organización que sólo puede explicarse con un sistema de comunicación que supera a los de muchos miembros del mundo animal.

Entre otras curiosidades, se avisan sobre las fuentes de alimento o posibles peligros, deciden la renovación de sus reinas y se reparten armoniosamente las tareas para criar con mimo a sus retoños y construir unos panales que optimicen el espacio al máximo.

Pero si hay algo por lo que no nos quede más remedio que admirarlas es por su capacidad para producir alimentos tan diferentes y perfectos como son la miel, la jalea real, el polen o el propóleo: autenticas medicinas de gran potencial dietético que han jugado un rol fundamental en la alimentación humana desde sus albores y que siguen a la cabeza de los alimentos más increíbles que la naturaleza nos ofrece. De hecho, el interés por estos productos y sus efectos sobre nuestra salud ha ido creciendo en quien se acerca al mundo de las abejas no puede dejar de sentir admiración por estos laboriosos insectos, capaces de recorrer incontables kilómetros y visitar miles de flores. Hay muchos aspectos fascinantes sobre la compleja vida de la colmena y su extraordinario sentido de la organización que sólo puede explicarse con un sistema de comunicación que supera a los de muchos miembros del mundo animal.

Entre otras curiosidades, se avisan sobre las fuentes de alimento o posibles peligros, deciden la renovación de sus reinas y se reparten armoniosamente las tareas para criar con mimo a sus retoños y construir unos panales que optimicen el espacio al máximo.

El poder de la miel para ayudar a curarlas heridas no es, en cualquier caso, algo nuevo. Los antiguos egipcios la utilizaban hace miles de años, a incluso en épocas de guerra, antes de la proliferación de los antibióticos, se usaban emplastos de miel para tratar las heridas de los soldados.

Tanto la moderna medicina como la más alternativa, siempre en busca de mejores y nuevas formas de tratar las enfermedades, está recuperando esta antigua práctica que se muestra muy electiva y menos dolorosa a la hora de cambiar los vendajes. Y este mismo poder antibacteriano es al que mucha gente te curre cuando sufre un resfriado. Son su alta concentración en azúcares, la presencia de peróxido de hidrógeno y ciertas sustancias conocidas como ínhíbinas, entre otras, las responsables de su efecto antiséptico, expectorante, emoliente y vigorizan te. Una auténtica bomba de salud que además va a dar una nota de dulzor y sahor a nuestra dieta como pocos medicamentos son capaces.
 
 
 
 
 
 
 
FUENTE DE ENERGÍA
 
La miel aumenta el poder y la resistencia
en los atletas de competición

Una experiencia que nadie debería perderse es degustar miel recién extraída de un panal. Es un producto vivo en el que se han identificado más de mi centenar de sustancias diferentes. En esta numerosa lista, además de glucosa, fructosa y sacarosa, que le dan su poder energético.
 
La miel para tratar heridas.
Si te has hecho una cortadura o un arañazo leve y no tienes ungüento antibiótico, ve derechito a la cocina por tu frasco de miel.

Curar heridas con miel: En un artículo recientemente publicado, se reporto que la miel ayudó a curarle una infección a un paciente que no respondía al tratamiento convencional.

La miel sella las heridas e impide que entren las bacterias. Además, tiene propiedades antisépticas y anti inflamatorias.
Casos en los que hay que dosificarla
 
Pese a sus probados efectos sobre la salud, no beneficia a todas las personas. No se debería dar miel pura o sin pasteurizar a bebés menores de 2 años, ya que su sistema digestivo no ácido no se halla suficientemente desarrollado para destruir algunas bacterias y esporas responsables del botulismo. Aunque ciertos tipos en pequeñas cantidades son tolerados por los diabéticos, hay que dosificarlos. Las personas con hipertrigliceridema deben limitar su consumo: ciertos azúcares simples favorecen el aumento de triglicéridos. Los aquejados de alergia al polen deben tener mucho cuidado, ya que podría causar crisis asmáticas.
Si bien el consumo mundial promedio se ubica en los 220 gr./hab./año2, el consumo promedio entre los países desarrollados es de 650 gr./hab./año 1 (Unión Europea, EE.UU. y Canadá, y Oceanía).Mientras tanto, los países en desarrollo tienen un consumo promedio de 133 gr./hab./año 1 África, Asia y Sudamérica adoptan el papel de proveedores de los países más consumidores. Entre los países que más consumen se encuentran Austria, Grecia, Suiza y Alemania superando los 1.000 gr./hab.año 1. Entre los principales países productores de miel se encuentran China, Argentina, EE.UU., Turquía y México. Entre ellos se concentra el 44% de la producción mundial. China se destaca con una producción tres veces superior a la Argentina que en el 2003 se ubicó como el segundo productor mundial superando por primera vez en la historia a EE.UU.
Mitología de la abeja y de la miel
Desde siempre la miel y la abeja han formado parte de los grandes mitos de la humanidad y encierran una riqueza simbólica extraordinaria.  
El nacimiento de las abejas :  
Para los griegos todos los fenómenos de la naturaleza eran de origen divino. Las abejas ejercían una verdadera fascinación y su origen misterioso se inspira de la leyenda de Aristeo : Aristeo, hijo del dios Apolo, poseía un colmenar. Pero quiso seducir a Eurídice, mujer de Orfeo, y ésta, escapando a sus proposiciones, murió de una picadura de serpiente. Orfeo para vengarse, destruyó el colmenar de Aristeo. Para calmar la ira de los dioses enojados por su falta, Aristeo sacrificó cuatro toros y cuatro novillos : de sus entrañas salieron nuevos enjambres gracias a las cuales Aristeo pudo reconstituir su colmenar y enseñar la apicultura a los hombres. Esta leyenda es relatada por Virgilis, el gran poeta latino, en los famosas Geórgicas. Como los antiguos griegos, pensaba que las abejas nacían espontáneamente de cadáveres de animales. 
En los textos del antiguo Egipto, las abejas nacieron de las lágrimas del Dios del Sol Ra. Cayendo al suelo se transformaron en abejas, que luego construyeron panales y fabricaron miel..
Los símbolos de la abeja :  
Obreras de la colmena, las abejas son el símbolo de una comunidad trabajadora y próspera regida por la reina. De ahí su simbolismo real e imperial , en el antiguo Egipto asociadas al Dios Ra, y en Francia donde 300 abejas de oro fueron descubiertas en el sepulcro de Childerico I (años 481), atestiguando que la colmena era el modelo de la monarquía absoluta. Napoleón I deseaba que la abeja fuese un motivo omnipresente, en sus alfombras como en su abrigo de coronación. 
Pero también animadoras del universo entre cielo y tierra, las abejas simbolizan el principio vital, materializan el alma . En la religión griega, la abeja, a veces, es identificada a Deméter, diosa de la tierra y de las cosechas, donde representa el alma descendida a los infiernos. O el alma que se eleva del cuerpo, como en las tradiciones de Siberia, de Asia Central o entre los indios de América del sur. 
Representación del alma : La abeja desempeña un papel iniciático y litúrgico. Es uno de los mayores atributos de la Diosa Artemisa, y sus sacerdotisas vírgenes son llamadas 'melisai' (abeja). Símbolo de resurrección, la encontramos representada en las tumbas en calidad de señal de supervivencia después de la muerte. La estación en la que desaparece - los 3 meses de invierno- es asimilada a los tres días durante los cuales Cristo muerto es invisible, justo antes de resucitar. Entre los celtas, que bebían el hidromiel, o en las tradiciones galesas, la abeja evoca las nociones de sabiduría y de inmortalidad del alma. 
"Rien ne ressemble à une me comme une abeille, 
elle va de fleur en fleur comme une me d'étoile en étoile, 
et elle rapporte le miel comme l'me rapporte la lumière"   (Victor Hugo, Quatre-Vingt-Treize) 
Las abejas simbolizan también la elocuencia, la palabra y la inteligencia .En hebreo el nombre de la abeja Dbure viene de la raíz Dbr, palabra. Según relata Plinio se posan sobre la boca de Platón, de niño, " anunciando la dulzura de su elocuencia encantadora " y sobre los labios de San Ambrosio, patrón de los apicultores. Para Virgilio, poseen una parte de inteligencia divina y la célebre Pitia de Apolo era también llamada 'la abeja de Delfos'. En algunos textos de la India, la abeja representa el espíritu embriagador de polen del conocimiento. Para finalizar, por su miel y por su dardo, la abeja es considerada como elemblema de Cristo : por un lado por su dulzura y su misericordia, por el otro por el ejercicio de su justicia como juez de los Hombres. 
La miel : 
Alimento primero, a la vez comida y bebida, a la imagen de la leche a la cual está frecuentemente asociada, la miel es en todas las tradiciones y en primer lugar, símbolo de riqueza y de dulzura . En los textos sagrados de oriente y de occidente, leche y miel corren en arroyos sobre todas las tierras prometidas. Las tradiciones Celtas celebran el hidromiel como bebida de inmortalidad. Como en la mitología griega donde es el brebaje de los Dioses del Olimpo. Símbolo de conocimiento y de sabiduría , es el alimento reservado a los elegidos, los iniciados, los seres de excepción, en éste mundo como en el otro. La tradición griega quería que Pitágoras solo se alimentara de miel.  
Todos los grandes profetas se refieren a la miel en los libros, la palabra miel, representa la dulzura, la justicia, la virtud y la bondad divina. El Corán habla en términos sagrados de las abejas y de la miel : 'La miel es el primer beneficio que Dios dio a la tierra.'. Virgilio llama la miel 'el don celeste del rocío.' La miel vendrá también a designar la dicha suma y el estado de nirvana. Símbolo de todas las dulzuras, la miel del conocimiento funda la felicidad del hombre.  
La perfección de la miel la convierte en el elemento principal en numerosos rituales religiosos. Para los egipcios, proviene de las lágrimas del Dios Ra y forma parte de todas las ofrendas religiosas del Egipto faraónico. En el Islam, según el profeta, restituye la vista, conserva la salud y resucita a los muertos. Entre los indios de América, desempeña un gran papel en las ceremonias y los rituales de iniciación y de purificación. Comida inspiradora, otorgó el don de la poesía a Píndaro y el de la ciencia a Pitágoras. 
En el pensamiento psicoanalítico moderno, la miel simboliza el "Yo superior" , última consecuencia del trabajo interior sobre sí mismo. Resultado de una transformación del polvo efímero del polen en suculenta comida de inmortalidad, simboliza la transformación iniciática, la conversión del alma y la integración consumada de la persona. 

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