viernes, 14 de octubre de 2011

El triángulo de las Bermudas..


TRIÁNGULO DE LAS BERMUDAS.......DESAPARICIÓN DEL VUELO-19

5 de Diciembre de 1945. 14:00 horas. Los cinco aviones TBM Avengers, con 14 hombres a bordo, habían despegado de la Base de Fort Lauderlade (Florida) con un tiempo inmejorable. Se trataba de un rutinario vuelo de pruebas con fuego real sobre unos islotes cercanos a las instalaciones militares. Sin embargo, el jefe de la misión, el teniente Charles C. Taylor, había pedido al teniente Arthur A. Curtis, por razones nunca aclaradas, no participar en la citada misión aérea. ¿Quizás presentía el fatal destino que les aguardaba?… Quien si pudo abandonar su puesto fue el cabo Kosnar que por acumulación de horas de vuelo, desistió, a última hora, embarcarse en el fatídico Vuelo-19.Una hora y cuarenta y cinco minutos tras la partida, el teniente Taylor comunicaba por radio que se encontraba perdido, desorientado y que las brújulas de su aparato habían dejado de funcionar. Las comunicaciones con la torre de control eran interrumpidas por frecuentes interferencias, aun encontrandose los TBM avengers, los bombarderos monomotores, a corta distancia de la base. Lo mas extraño de este hecho, fue que aunque la conversación entre los pilotos del escuadrón se escuchaba perfectamente, los operarios de la torre de control tenían serios problemas para hacerse entender con el teniente Taylor. A las siete y 4 minutos de la tarde, se perdió todo contacto con la escuadrilla.
Temiendo por la vida de los militares, desde la base aeronaval de Río Banana, se envía un avión de rescate un bimotor anfibio Martin Mariner que también desaparece a los 27 minutos de abandonar la pista de despegue.Al día siguiente de la inexplicable desaparición, sin precedentes en la reciente historia de la aviación norteamericana. El 6 de diciembre de 1945, la cúpula militar ordena un impresionante despliegue de rescate que hace que, prácticamente, aquel rincón del Atlántico se vea desbordado por la presencia humana. Aproximadamente participaron 307 aviones, 4 destructores, 18 navíos de la Guardia Costera, el portaaviones Solomons, varios submarinos y cientos de aviones, yates y embarcaciones privadas.Ni un rastro de aceite, ni un bote salvavidas… nada. Ningún vestigio o prueba del destino final del V-19 había podido ser localizado… parecía como si se los hubiera tragado el cielo. Un portavoz oficial de la Comisión Investigadora formada por el Pentágono para examinar este hecho, reconoció en una conferencia de prensa: “Esta pérdida… se presenta como un misterio completo. Es el misterio más extraño que jamás ha investigado la Aviación Naval”. Un administrativo de la Marina, declaró al respecto: “desaparecieron tan completamente como si hubieran huido a Marte?… El enigma sobre el paradero y destino del Vuelo-19 comenzaba a forjarse… ¿SOBREVIVIERON LOS TRIPULANTES DEL VUELO 19? . Aunque esta remota posibilidad pueda parecer fantástica, no faltan ni indicios ni testigos que aseveran que los militares embarcados en el V-19 pudieron sobrevivir al Triangulo de las Bermudas, siendo deliberadamente ocultados, y oficialmente dados por desaparecidos por la Fuerza Aérea Norteamericana. Analicemos los datos. 3 días después del incidente, cuando la búsqueda seguía en alta mar, un piloto de la “Eastern Airlines” el capitán J. D. Morrinson notificó a las autoridades competentes, que, mientras realizaba un vuelo rutinario, había visto extraños resplandores rojos y luces centelleantes en medio de un pantano en la costa, sobre las dos de la madrugada del sábado, a 16 km al sudoeste de Melbourne (Florida). Junto a las luces había podido distinguir las siluetas de varias personas. Inmediatamente se organizó una misión de rescate desde la Estación Aeronaval de Banana River. El piloto del avión enviado al auxilio de los supuestos supervivientes, confirmó la presencia de resplandores a unos 80 km tierra adentro. J. D. Morrinson, tal y como notifico a los reporteros del “New-York Times”, a los 5 minutos de su primer avistamiento pudo ver un fuego en la región pantanosa. Posteriormente, una densa y espesa niebla, que cubrió como un manto la zona, impidió a los aviones del ejercito seguir con su rastreo. Sin embargo, esto no impidió, que, por tierra, se desplegaran varias unidades especiales equipadas con vehículos anfibios, lanchas de asalto, jepps, etc que en la oscuridad de la noche trataban de hallar a los supervivientes del V-19. Al parecer sin ningún resultado satisfactorio. Por su parte, la viuda del Capitán Edwards J. Powers, uno de los militares desaparecidos aquel día, esta convencida que hubo supervivientes y durante años ha reclamado explicaciones a la Marina. Según las indagaciones
efectuadas por este familiar directo de las victimas, las autoridades poseen informes que señalan que, desde el día 5 de diciembre hasta el día 9, se reportaron varios testimonios de civiles y personal cualificado que aseveraban haber observado bengalas de salvamento en distintos puntos de la costa pantanosa de Florida. Aportaba como prueba el testimonio de un piloto de la “Pan American”, que el mismo día de la desaparición de la patrulla, informó haber visto varias bengalas verdes, hacia las 22:30, en los pantanos Everglades de Florida. No mucho más tarde de ésta declaración, una testigo de nombre Sonderland, declaró que varias bengalas azules y verdes habían iluminado la noche desde unos 15 km al sur de Cristmas (Florida). También un conductor de autobuses hizo una declaración similares al afirmar que obervó unas bengalas verdes “como las que se emplean para pedir socorro” en las inmediaciones de Fort-Myers (Florida). Y por si fuera poco este aluvión de testigos, un piloto comercial, desde la cabina de su aparato contempló 4 bengalas de color verde, sobre las 23:55 horas a 80 km de Tampa, en la misma dirección que apuntó el chofer de autobús. Ante las persistentes reclamaciones de la viuda de Powers, la Marina se limitó a comentar que el ejercito había hecho todo lo posible para hallar supervivientes o, al menos, evidencias que indicaran claramente la naturaleza de la tragedia. Respecto al “incómodo” asunto de las bengalas, manifestó que un ciudadano, un tal Sr. L. C. Smitch, se había dedicado durante varias noches, “con la ayuda de una potente lámpara de flash a cazar ranas” confundiendo a propios y extraños. Por su parte el periodista Kenneth L. Woodward, tras una entrevista que mantuvo con Joe Paonessa, hermano de George Paonessa (curiosamente desaparecido en el mismo avión que pilotaba el Capitán Powers), aportaba nuevos detalles sobre la insólita desaparición del Vuelo-19. El reportero pudo saber, que mientras Joe realizaba el servicio militar en infantería de Marina, como mensajero diplomático en Washington, solicitó información sobre el paradero de su hermano. Siendo su sorpresa, conocer que al menos 5 años después de la desaparción, el ejercito aún seguía con sus investigaciones y no daba el caso por cerrado, cuando, evidentemente, de forma oficial el suceso se había cerrado a los pocos meses de los hechos. ¿Es posible que existieran supervivientes del V-19?, ¿por qué la Marina les dio por muertos?, ¿de que fueron testigos aquel día?, ¿participaron en un proyecto ultrasecreto…?, ¿que salio mal?… ¿quizás una teoría aventurada?… Al margen de estas especulaciones, muchos años después de la controvertida desaparición, un grupo de buscadores de tesoros subacuáticos afirmaron haber desentrañado el fascinante enigma… supuestamente habían encontrado los restos del Vuelo- 19 en perfecto estado a cientos de metros de profundidad frente a la costa de Florida.

ENIGMA RESUELTO....?


Dos científicos australianos aseguran haber resuelto definitivamente el misterio del Triángulo de las Bermudas, que por cierto, no era único en el mundo. Ivan Sanderson ya había identificado varias zonas de similares características donde ocurrían fenómenos extraños aparejados a grandes desapariciones. Estas zonas se ubicaban en un área (más como círculos que como triángulos) del Mar de Japón y otra en el Mar del Norte.Estos expertos en el fondo marino achacan las desapariciones a la existencia de grandes bolsas de hidratos de metano. Constatan la presencia de antiguos sitios donde se han producido erupciones que generan enormes burbujas de metano que crecen de forma geométrica a medida que ganan altura. Cuando la macro-burbuja llega hasta la superficie hace que cualquier barco que pase por encima pierda completamente sus propiedades de flotabilidad, haciendo que la nave se hunda de pronto y sin dar la posibilidad a sus pasajeros de escapar del desastre. Se trata de una simple cuestión de diferencia de densidades.Si la burbuja es lo suficientemente grande y posee una densidad suficientemente alta, alcanza también el espacio aéreo para atrapar en vuelo a los aviones que cruzan por su esfera de influencia, provocando igualmente la inmediata precipitación del aparato al fondo del mar, sin posibilidad de predecirlas. Las aeronaves víctimas de estas burbujas asesinas pierden los motores o se les incendian y caen en picado para desaparecer sin dejar rastro ni pista alguna que nos permita deducir que ha sucedido con ellos. El profesor Joseph Monaghan ha investigado la hipótesis con David May, de la Universidad de Monash en Melbourne (Australia) y han puesto a trabajar un avanzado sistema de ordenadores para comprobar su teoría.El programa, basado en los principios científicos de la dinámica de fluidos, reprodujo todas las variables, entre ellas la velocidad de una burbuja gigante de metano, su presión y la densidad del gas y el agua circundante. Los resultados impresionaron por su capacidad de explicar el fenómeno. Además, la presencia de metano inflamable explicaría también los testimonios de mucha gente que asegura haber visto explosiones o fuentes de luz en la superficie y el fondo del mar que comprende esa región. Todo cuadra a la perfección. La evidencia de este descubrimiento ha sido publicada en un artículo del American Journal of Physics.

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