jueves, 27 de octubre de 2011

EL DÍA DE LA CANCIÓN CRIOLLA EN PERÚ...31 DE OCTUBRE.


 

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http://www.youtube.com/watch?v=IC2-2k7JMU0&feature=related  Propiedad Privada-Llorando mi Guitarra

31 de Octubre el día de la Canción Criolla del Peru
 
El Vals Criollo peruano 

El Perú exporta el vals criollo como identidad musical peruana. 

Por: Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara

El escritor tri-lingüista (Quechua-Castellano-Inglés), Fredy Roncalla dijo un claro ejemplo, es Manuel Donayre, El Diamante Negro, que ha contribuido a la visión moderna de vals criollo, la música andina y la música afro peruana, en ese en-identitario troque. La convivencia de ambos ritmos musicales le da ese sabor criollo-andino.
La palabra criollo nace cargada de prejuicios. Es adoptada del portugués ‘crioulo’ que significaba ‘esclavo que nace en casa de su señor’ o ‘negro nacido en las colonias’. Después pasó a significar ‘blanco nacido en las colonias’ y posteriormente se llamaba así a los descendientes de españoles nacidos en América que alentaban sentimientos de nacionalidad propia y se extendió a los mestizos, zambos y mulatos. Es con los criollos que nace el sentimiento de patria, pues por la lejanía les eran extrañas las cosas de España y sintieron apego por su tierra y por las costumbres desarrolladas en ella, de allí las iniciativas separatistas que culminaron con la independencia. El ‘criollismo’ en el Perú es una derivación del término original, que involucra usos y costumbres, comida, música, cantos y bailes de origen principalmente costeño y limeño en especial. Según Sebastián Salazar Bondy, ilustre escritor, peruano el criollismo es aún más. Es también ‘viveza criolla’, una cierta mezcla de falta de escrúpulos y de cinismo, es el político que cambia de bando según le convenga, el bodeguero que engaña al pesar mercadería con su balanza, el alumno que copia, en fin, según este concepto todo el que obtiene algo que está prohibido o que utiliza argucias y a veces hasta la vía ilícita para obtener lo que quiere. Según este concepto de ‘viveza criolla’, los ‘vivos’ merecen ser perdonados por su picardía y los otros, los que proceden de acuerdo a su conciencia y a las normas, son unos tontos.
Claro esto es un gran error, como lo demuestran las consecuencias de esa conducta. El criollismo debe ser sinónimo de bohemía fraterna, confiada entrega, ayuda sin condiciones y lealtad a toda prueba, como se expresa en ese término popular cuando llama ‘hermano’ a personas con las que no tienen un vínculo familiar o parentesco, pero les brindan su amistad. Dentro de este contexto, en lo que se refiere a la música, la marinera, la polka, el festejo y por sobre todo el vals peruano, componen el cuadro definitivo de la música criolla en el Perú. Algunos dicen que el vals criollo se deriva del vals vienés y que su corte pícaro, se debe al temperamento de nuestra clase popular que lo acogió y lo trasladó de los salones que frecuentaba la alta sociedad, al callejón y a los patios de piso de tierra apisonada y desigual que obligaba a bailarlo picadito y con pasitos cortos. Otros intentan hallar las raíces del vals peruano en el mestizaje popular, como una genuina creación del pueblo que nada tiene que ver con el vals vienés, sino más bien con la conjunción de la jota aragonesa, la mazurca, la habanera y el tanguillo que son los que le dan ese sabor tan especial. El vals peruano es la expresión de la identidad urbana costeña del Perú por lo tanto representa a un gran número de peruanos que sentían y sienten que la costa es su espacio de creación. El vals, a veces malentendido, es sin duda, un importante elemento de identidad cultural para las diásporas peruanas en el exterior.  


Identidad Cultural Musical del Perú. 
Los peruanos pueden decir con orgullo que es el huayno representante y significa la música andina, y lo costeño, lo urbano, es la música criolla y que el folclore nativo, de modo particular de expresión es el vals peruano, y puede proclamarse así como la Argentina tiene el tango que exporto al mundo, el Brasil exporto la zamba, Colombia exporto la cumbia y salsa caleña, La República Dominicana exporto el merengue, Cuba en su melodioso ritmo caribeño. El Perú tiene el vals criollo en toda su complejidad musical criolla – afro peruana.
Trascendiendo fronteras transnacionales, etnia, raza, la música criolla ha sido favorecida por el público peruano, independientemente de la clase social. Representando por géneros como el vals peruano, la marinera (limeña y norteña). La música criolla suele invocar sentimientos de seguridad a temas audiencia con vinculados al pueblo, la tierra, el barrio, los encantos y desencantos de la vida cotidiana. Es en esta esfera musical evoca un pasado que es cambiantemente real, enmarcando imaginado con una ansiosa nostalgia, los recuerdos de un lugar histórico que, en toda provalidad, transfigurados hijo e idealizados. Géneros como el vals, el tonderito y la música afro peruana invariablemente invitan la participación espontánea de la audiencia través de palmadas y peticiones de los ejecutantes por las "Palmas" y "Las Cucharas". Estos géneros proporcionan un sentido de familiaridad a la Diáspora Peruana en los Estados Unidos un través de un instante sensorio para configurar la memoria colectiva de los recuerdos que dejaron atrás.
La música criolla peruana es consecuencia de un proceso de influencias sociales, económicas y geográficas sobre los habitantes de sus tres zonas naturales clásicas: Costa, Sierra y Selva. La Costa y Sierra recibieron los aportes más significativos de la música y bailes de España a través de los soldados y de las élites dominantes durante la colonia. En la Costa, fue la zona donde la riqueza de la música española acentuó su presencia durante los tiempos de la Colonia hasta establecerse definitivamente en los aires musicales populares durante la República, dando lugar al nacimiento de lo que se conoce como Música Criolla del Perú. 
Valsecito del Ayer - Los Troveros Criollos

LA MUSICA CRIOLLA Y SUS REPRESENTANTES
Remontándonos en la historia, concluiremos en que la música hecha por los negros es el antecedente principal del criollismo con títulos de autores anónimos como "La moza mala", "El alcatraz", "La zamacueca", esta última criticada duramente por el costumbrista Felipe Pardo y Aliaga al encontrarla vulgar e indecente, pero que más adelante derivaría en la peruanísima marinera.
Por los años de 1830 a 1844, la sociedad peruana estaba muy atareada en resolver grandes problemas en la recién instaurada república. Eran los años difíciles de la Confederación Peruano-Boliviana. No había tiempo para danzar, por lo que, según los cronistas, el vals recién entraría a mediados de siglo, luego del gobierno del Mariscal Ramón Castilla.
El vals vienés, muy de moda cuando llegó a los barrios populares limeños de la segunda mitad del siglo XIX, se convirtió en dichos lugares en valses-canción, a finales de la misma centuria. El criollo de ese entonces le volcó sus penas y alegrías, las cantaba y las bailaba. De esa forma, el valse tradicional comienza a tener arraigo popular, pues sus ideas melódicas están acordes con los sentimientos expresados en la letra.
En los albores del nuevo siglo surgen entonces nombres que harían relucir el cantar ciudadano. Aparecen Eduardo Montes y César Augusto Manrique en el distrito de los Barrios Altos; ellos son los primeros en grabar para la casa Columbia cerca de 195 discos de música peruana, todo un hito para esa época.
Alejandro Ayarza "Karamanduka" y su famoso valse "La Palizada" se dan a conocer por todo Lima. Eran los tiempos en que el músico no recibía un centavo por su trabajo. "El premio mayor era la sonrisa de una zamba o saborear la presa más grande de un caldo de gallina" -como dice Manuel Acosta Ojeda.
Músicos como José Bocanegra, bandurrista y guitarrista nos legan valiosas piezas de colección para el criollismo. Otros títulos como "Idolo" de Sancho Dávila, "Capulí " de Nicanor Casas, alcanzan mucha popularidad entre el público.
Como una centella aparece en el firmamento musical don Felipe Pinglo Alva, paradigma del criollismo de todos los tiempos, con sus letras plagadas de crónicas políticas de la crisis de la época. "El plebeyo", "El huerto de mi amada", "El espejo de mi vida" son algunas de sus más famosas composiciones. Para muchos, fue con Pinglo que la música criolla llegó a encumbrarse al máximo en el gusto de los limeños de esos tiempos.
Con el advenimiento de la radio se populariza mucho más el ritmo criollo. Algunos cronistas recuerdan que las emisoras radiales convocaban con fines de promoción a los más renombrados intérpretes del criollismo para que actúen en vivo. Según dicen, la aceptación del público era multitudinaria y los artistas disfrutaban directamente del calor popular.
Serafina Quinteras, la primera poetisa de la canción criolla con su "Muñeca Rota", Lorenzo Humberto Sotomayor y su vals "Corazón" y César Miró con "Todos vuelven" son los más "sonados" del criollismo.
En los años cincuenta, los puntos de reunión son los centros musicales como el "Felipe Pinglo Alva", el "Carlos Saco" en Barrios Altos, el "Ricardo Palma" en Surquillo, el "Valderrama" en el Rímac entre otros, dispersos, en ese entonces, en la aún creciente ciudad de Lima.
Era tanta la expectativa que los obreros y trabajadores ahorraban parte de su sueldo todo el año para poder celebrar el 31 de octubre como si se tratara de la festividad de Navidad o Año Nuevo. Narran los viejos criollos que, a pocos minutos de las doce de la noche, los grupos se apostaban a unos metros del centro musical para dar inicio a la serenata cuando fuera la medianoche, y para estrecharse en un cordial abrazo por tal memorable fecha.
Además, se organizaban caravanas en donde los directivos de los centros musicales se turnaban año a año la visita a los demás locales, sea en los barrios de La Victoria, Rímac, Barrios Altos, Lince, etc., terminando el recorrido en la madrugada al llegar a su respectivo centro musical, donde igualmente empezaba la jarana de "rompe y raja".
Al tema "La Flor de la Canela" de la limeñísima Chabuca Granda, hermosa pieza de colección que ha trascendido mundialmente, grabada en multiples idiomas por igual cantidad de artistas, se añade el gran desfile de memorables composiciones como "Madre" de Manuel Acosta Ojeda.
La Limeñita y Ascoy, Jorge Huirse, Eloísa Angulo, Teresa Velásquez, Manuel "Chato" Raygada, Alicia Maguiña, Augusto Polo Campos, José Escajadillo, Luis Aberlardo Núñez, Félix Pasache, la Reina y Señora de la Canción Criolla Jesús Vásquez, conforman una gama de intérpretes y compositores que eternamente perdurarán en el sentir del pueblo.
Nombres como Bartola, Lucha Reyes, Cecilia Barraza, Cecilia Bracamonte, Eva Ayllón, Andrés Soto, el guitarrista "Lucho" Gonzáles, Félix Casaverde, Susana Baca, Arturo "Zambo" Cavero, Lucía de La Cruz, Daniel "Kiri" Escobar, Julie Freundt han llevado el ritmo criollo por todo el orbe, recibiendo halagos y distinciones del público foráneo.
En la actualidad, los rincones en donde se va del torbellino de la modernidad con todo su alocado devenir hacia la brisa fresca y melodiosa de antaño, y donde se canta y se baila al ritmo de guitarra y cajón, sin importar la edad y condición social, son: el centro musical "Pedro Bocanegra", "Unión", "Barrios Altos", la peña de don Abelardo Vásquez "Don Porfiro" -donde los micrófonos y parlantes han quedado de lado para dar paso al sonido natural de las gargantas de los viejos y nuevos intérpretes-, "Breña", "La Valentina de Oro", la asociación cultural "Domingo Giuffra", entre otras.
Don Felipe Pinglo Alva,Felipe Pinglo Alva es considerado el padre de la música criolla, poseedor de un estilo de amplio arraigo popular que surgió en la etapa republicana y que vino a enriquecer el acervo musical del Perú.Sus creaciones, principalmente en forma de vals, son reconocidos como poemas de sobria versificación y acompasada melodía, facilitando de esta forma que el pueblo repita bellas y cultas expresiones literarias que cantan al amor, al sentimiento, la solidaridad humana y la necesidad de justicia social.El vate criollo, contribuyó además a prestigiar el país peruano en el exterior, puesto que el Perú es reconocido, entre otras características, por tener su vals con personalidad propia, aún cuando el vals -venido de la vieja Europa- se había propagado por toda América.Don Felipe Pinglo Alva, nació en los Barrios Altos de Lima, el 18 de julio de 1899, hijo de un pedagogo y huérfano de madre desde muy niño. La pobreza en la que vivió y las enseñanzas de su padre y sus tías, fueron formándolo como niño instruido pero con sentimiento social.Con sus propinas adquirió más tarde un rondín e intuitivamente aprendió a repetir en el instrumento musical las interpretaciones de las bandas militares ofrecidas en las retretas, en las plazas públicas de su tradicional barrio.En 1917, ganado por la música criolla, comenzó su producción con el vals "Amelia" que, en el transcurso de diecinueve años hasta 1936 en que tempranamente falleció, llegó aproximadamente a 300 canciones; muchas de ellas perdidas o conocidas solamente en forma fragmentada.Las más difundidas, sin embargo, son: "El Plebeyo", "El Huerto de mi Amada", "Mendicidad", "La Oración del Labriego", "Sueños de Opio", "El Canillita", "Pobre Obrerita", "Pasión y Odio", "Rosa Luz", "El Espejo de mi Vida", "Hermelinda", "Bouquet", "Amor Traidor", "Melodías del Corazón", "Celos", etc.Es valedero decir que gracias a Pinglo la música criolla adquiere jerarquía, dándole interpretación al proceso de transculturización de nuestro pueblo, de la que nacieron también la polka, la marinera, el tondero, estilos musicales que teniendo antecedentes de otras realidades geográficas, son también auténticamente peruanos.Felipe Pinglo Alva, falleció prematuramente el 13 de mayo de 1936, víctima de una penosa enfermedad, pero nos dejó versos y melodías, verdaderos himnos populares que enriquecieron la cultura popular.José María Arguedas diría que "Felipe Pinglo le enseñó a los limeños a querer su música".
FELIPE PINGLO ALVA: "El Plebeyo"clica
EL PLEBEYO
- Felipe Pinglo Alva -

  La noche cubre ya con su negro crespón,
  de la ciudad, las calles que cruza la gente
  con pausada acción.
  La luz artificial, con débil proyección,
  propicia la penumbra que esconde en su sombra
  venganza y traición.

  Después de laborar, vuelve a su humilde hogar,
  Luis Enrique, el plebeyo, el hijo del pueblo,
  el hombre que supo amar, y que sufriendo está
  esa infamante ley de amar a una aristócrata
  siendo plebeyo él. 

  Trémulo de emoción, dice así en su canción:
  El amor siendo humano, tiene algo de divino.
  Amar no es un delito, porque hasta Dios amó.
  Y si el cariño es puro y el deseo es sincero,
  ¿por qué quitarme quieren la fe del corazón?

  Mi sangre, aunque plebeya, también tiñe de rojo
  el alma en que se anida mi incomparable amor.
  Ella de noble cuna y yo, humilde plebeyo,
  no es distinta la sangre, ni es otro el corazón.
  Señor, ¿por qué los seres no son de igual valor?
  
  Así en duelo mortal, abolengo y pasión, 
  en silenciosa lucha condenarnos suelen
  a grande dolor, al ver que un querer,
  porque plebeyo es, delinque si pretende
  la enguantada mano de fina mujer.

  El corazón que ve destruido su ideal,
  reacciona y se levanta en franca rebeldía,
  que esconde en su humilde faz.
  y el plebeyo de ayer es el rebelde de hoy,
  que por doquier pregona la igualdad en el amor.  
¿CUANDO SE INSTAURA "EL DIA DE LA CANCION CRIOLLA"?
La idea de incluir el "Día de la canción criolla" en el calendario histórico popular nació durante el gobierno de Manuel Prado y Ugarteche, en la conflictiva década de los cuarenta. La iniciativa fue de Juán Manuel Carrera y contó con el apoyo del diputado por Lima Luis Felipe Andrade.
En un principio se pensó en el 18 de octubre como el día central del criollismo, pero ya que esa fecha coincidía con la ancestral salida de la Procesión del Señor de los Milagros y, por añadidura, la mayoría de los cantantes criollos profesaba una profunda religiosidad hacia el Cristo Morado, se optó por trasladar la celebración al último día del mismo mes.
Cuentan que el presidente Prado, en afán de figuración y populismo, promulgó la ley en el mismo balcón del Centro Musical "Carlos Saco" -bastión del criollismo y muy popular en aquella época- despertando agrios comentarios de sus opositores. Sin embargo,esas críticas fueron atenuadas por la alegría y el orgullo de tener un día especial, señalado con tinta roja, no en el almanaque de papel sino en la mente y los corazones de los cultores y amantes de la música criolla.
En la retina de muchos seguidores del criollismo aún siguen latentes las imágenes de la primera verbena realizada el 31 de octubre de 1944 en la plazuela "Buenos Aires", donde se dio rienda suelta a toda la alegría y fervor de celebrar, por primera vez en la historia, el onomástico de la canción criolla.
¿A QUE LLAMAMOS MUSICA CRIOLLA?
Al igual que en otras partes del mundo,en el Perú no hay real certeza de lo que es la música criolla. Los teóricos afirman que es la música mestiza de la costa con características peculiares que la diferencian notablemente de la música de la sierra.
Su ritmo es más vivo, sin la melancolía y tristeza de los aires serranos. Los músicos y cantantes utilizan solamente un par de guitarras y un cajón a veces acompañados por castañuelas y cuartetas.
La marinera, el festejo, el tondero y la polca son elementos de esa manifestación cultural costeña, aunque con el paso de los años estas formas han ido evolucionando tanto en su interpretación como en el ritmo y la danza.
Hablar de criollismo, sin embargo, no es circunscribirse sólo a la música sino a toda una serie de expresiones tras de sí que tiene igual o más distinción que las corridas de toros, las peleas de gallos, el garbo y el talante de los caballos de paso. No se puede dejar de lado los sabrosos y tradicionales manjares como la "tripulina" y el "bufo", cuyos nombres ya muy pocos recuerdan pero que, a la usanza de antaño, se siguen preparando en muy contados lugares de Lima.

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