sábado, 31 de octubre de 2015

un alto en el camino
En un lejano país hubo una vez una época

de gran pobreza, donde sólo algunos ricos
podían vivir sin problemas. Las caravanas de
tres de aquellos ricos coincidieron durante su viaje,
y juntos llegaron a una aldea donde la pobreza era extrema.

Era tal su situación, que provocó

distintas reacciones a cada uno de ellos, y todas muy intensas.
El primer rico no pudo soportar ver aquello,
así que tomó todo el oro y las joyas
que llevaba en sus carros, que eran muchas,
y los repartió sin quedarse nada entre las gentes del campo.
A todos ellos deseó la mejor de las suertes, y partió.
El segundo rico, al ver su desesperada situación,
paró con todos sus sirvientes, y quedándose lo
justo para llegar a su destino, entregó a aquellos
hombres toda su comida y bebida, pues veía que
el dinero de poco les serviría. Se aseguró de que
cada uno recibiera su parte y tuviera comida
para cierto tiempo, y se despidió.

El tercero, al ver aquella pobreza, aceleró y

pasó de largo, sin siquiera detenerse.
Los otros ricos, mientras iban juntos por el camino,
comentaban su poca decencia y su falta de solidaridad.
Menos mal que allí habían estado
ellos para ayudar a aquellos pobres...
Pero tres días después, se cruzaron con el tercer rico,
que viajaba ahora en la dirección opuesta.
Seguía caminando rápido, pero sus carros
habían cambiado el oro y las mercancías
por aperos de labranza, herramientas y
sacos de distintas semillas y grano, y se dirigía a
ayudar a luchar a la aldea contra la pobreza.

Y eso, que ocurrió hace tanto, seguimos viéndolo hoy.

Hay gente generosa, aunque da sólo para que se
vea lo mucho que dan, y no quieren saber
nada de quien lo recibe. Otros, también generosos,
tratan de ayudar realmente a quienes les rodean,
pero sólo para sentirse mejor por haber obrado bien.
Y hay otros, los mejores, a quienes no les
importa mucho lo que piense el resto de generosos,
ni dan de forma ostentosa, pero se preocupan
de verdad por mejorar la vida de aquellos a quienes
ayudan, y dan mucho de algo que vale mucho más
que el dinero: su tiempo, su ilusión y sus vidas.
¡Aún estamos a tiempo de cambiar al grupo bueno!

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