LA VIDA AJENA
No hables mal de la vida ajena.
Solo lo hacen las personas frustradas y pobres de espíritu.
Hablar mal del prójimo es el arma de los débiles,
de los envidiosos y de los incompetentes.
Si haces así, perderás la confianza de las personas,
e inevitablemente, los amigos se apartaran.
Dí todo lo que sepas de bueno de una persona,
aunque por mala que sea, siempre tiene su lado bueno.
Con discreción y buen ejemplo, tu atraerás la confianza de todos.
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(Iran Ibrahim Jacob)
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