sábado, 19 de septiembre de 2015

LA VERDADERA GRANDEZA,

LA VERDADERA GRANDEZA

Hace mucho tiempo, un sargento de un 
batallón insultaba y reprendía fuertemente a los soldados, que no podían sacar 
un vehículo atascado en el fango.



En ese momento se presento un 
señor de figura alta y delgada. Observo la situación y pregunto al sargento por que no ayudaba a los soldados.
"Por que he de hacerlo? Yo soy el sargento", contesto con altanería.
Sin perdida de tiempo, el hombre recién llegado, alto y flacucho,
se quito la chaqueta y se unió a los 
soldados en la dura faena de sacar el vehículo del lodazal en que estaba sumergido.
Terminada la tarea, ese hombre se lavo las manos en un 
pozo de agua, se puso la chaqueta y dijo al sargento: "Cuando usted necesite de mi ayuda, ruégole llamarme, que con mucho
gusto le ayudare”
.
“Y 
quien es usted?” le pregunto el sargento: "Yo soy ABRAHAM LINCOLN,presidente de la Nación."

Existen esos hombres que, con sus acciones, aún ostentando 
una posición cimera, no dudan en servir a los de más baja 
posición, sin necesariamente tener que humillarlos con ello. 
Mas bien llevan un mensaje de grandeza..

Que gran enseñanza de humildad a aquellos que humillan a sus subordinados a atarle los cordones de sus zapatos.

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