5 preguntas para averiguar si eres una persona demasiado defensiva
Una actitud permanentemente defensiva podría ser un molesto obstáculo para tus relaciones personales o para tu desarrollo general. Si sospechas que regularmente muestras este tipo de conducta, pero aún no tienes la certeza total de ello, probablemente responder a estas simples preguntas te ayudará a aclararte.
¿Lo que comenzó como una simple charla terminó en un gran debate?
Las personas que están siempre a la defensiva tienen dificultades para disfrutar de una charla. Su conducta hace que cualquier diálogo trivial se convierta en un feroz debate. A menudo sienten que es necesario defender su posición y buscarán convencer a los demás de que su punto de vista es el más acertado.
¿Has pasado por situaciones donde una pregunta habría simplificado todo?
Otro rasgo característico de alguien en actitud defensiva es sacar conclusiones a partir de la poca información que posee. Esta persona probablemente sienta que al preguntar se muestra vulnerable ante el resto.
¿Tienes desbordes emotivos de manera frecuente?
El hecho de que las emociones se salgan de control es otro indicador de una actitud defensiva. Frente cualquier estímulo, una persona a la defensiva sentirá que sus derechos están siendo pisoteados y que es necesario defenderlos. Este tipo de reacciones exageradas suelen ocultar también una autoestima baja.
¿Por lo general sueles tener una visión pesimista del mundo?
Una peculiaridad de esta conducta es ver el mundo como un lugar en el cual no se puede confiar, donde “la gente malvada” abunda y en cualquier momento podría pasar algo malo. Para alguien en actitud defensiva, la mayoría, si no todos, son enemigos potenciales.
¿Sientes excesiva tensión mental o estrés antes de dormir?
Si sientes que las preguntas anteriores describieron tu forma de ser, es muy probable que estés adoptando una actitud defensiva. Tal vez incluso sin darte cuenta. No es fácil cambiar este tipo de conducta, pero hay técnicas que te ayudarán a modificar esta actitud de manera gradual.
El primer paso es identificar aquellas acciones que denoten una actitud defensiva; luego deberás esforzarte por cambiarlas, es decir, evitar que se surjan de manera mecánica. Las técnicas de relajación, tanto física como mental, son un buen punto de apoyo. También te ayudará bastante que refuerces tu autoestima. Si aumentas la confianza en ti mismo, poco a poco será más fácil confiar en los demás.
No dejes que esta actitud defensiva siga siendo un impedimento para tu desarrollo personal y para tus relaciones. Con constancia y con voluntad lograrás cambios muy favorables en tu vida. ¡Puedes hacerlo!
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