Creo en la oportunidad y el destino, en los regalos de la vida, en la fortuna. 
 Creo en los abrazos donde caben mundos, en el mundo donde sobra gente y en la cara oculta de la luna. 
Creo en el amor verdadero, en la pasión desbordada, en quien me hace sonreír 
 y que desaparezca el invierno. En las miradas que hablan, en las palabras que callan, 
 en el cielo en unas manos y el infierno donde menos esperaba. 
Creo en la piel erizada, el nudo en la garganta, las lágrimas de emoción, en las caricias sin fin,  
en los momentos eternos y en esos besos que llegan hasta el corazón. 
Creo en quien no imaginaba, en mí misma y en esos veintiún gramos de alma. 
 En las causas pérdidas, en las ovejas negras, en que, a veces, la mejor respuesta es porque sí. 
 Creo en el olvido, en las miradas que hablan, en los deseos y en quien  
no tuvo que llegar porque siempre estuvo ahí. 
Y creo en quien siempre está, creo en lo que se siente, en cerrar los ojos y ver. 
 Y que lo que hoy es futuro, mañana será presente.  
   
 
 
 
  
  
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