Apacible es el canto de tu rostro 
sensible/ 
nobleza doblegada 
ante la mano que se se alarga 
amada/ 
el campanario de tu pueblo 
repica tus letras embalsamadas 
maestra/ 
han pasado los años suficientes 
saludando de pie tu sólida grandeza/ 
apenas el mundo escucha 
tu voz enérgica 
entre egregios vocablos ataviados/ 
sencilla/ 
el azulado firmamento de tus tierras 
empinadas 
contempla en silencio tus vaivenes 
escolares/ 
mientras tus ideas se van juntando en la pizarra 
llueve 
las pequeñas mentes ni se inmutan 
siguen atentos a la clase matinal/ 
¡maestra...! 
genio paciente en grado superlativo...! 
esfuerzas tu memoria 
recordando espacios olvidados 
y encuentras la palabra precisa 
para llenarte de felicidad y de gloria/ 
el valor presente de tus ideas 
se resumirá en recuerdos imborrables 
en el mañana de las pequeñas mentes 
de aquellos niños que llevaste de las manos// 
   
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